“Sólo en el Cielo están los perfectos”
¡Que el otro está lleno de defectos! Bien... Pero, además de
que sólo en el Cielo están los perfectos, tú también arrastras los
tuyos y, sin embargo, te soportan y, más aun, te estiman: porque te
quieren con el amor que Jesucristo daba a los suyos, ¡que bien cargados
de miserias andaban! –¡Aprende! (Surco, 758)
Te quejas de que no es comprensivo... –Yo tengo la certeza de
que hace lo posible por entenderte. Pero tú, ¿cuándo te esforzarás un
poquito por comprenderle? (Surco, 759)
¡De acuerdo!, lo admito: esa persona se ha portado mal; su conducta es reprobable e indigna; no demuestra categoría ninguna.
–¡Merece humanamente todo el desprecio!, has añadido.
–Insisto, te comprendo, pero no comparto tu última afirmación; esa vida mezquina es sagrada: ¡Cristo ha muerto para redimirla! Si El no la despreció, ¿cómo puedes atreverte tú? (Surco, 760)
Verdaderamente la vida, de por sí estrecha e insegura, a veces se vuelve difícil. –Pero eso contribuirá a hacerte más sobrenatural, a que veas la mano de Dios: y así serás más humano y comprensivo con los que te rodean. (Surco, 762)
¡De acuerdo!, lo admito: esa persona se ha portado mal; su conducta es reprobable e indigna; no demuestra categoría ninguna.
–¡Merece humanamente todo el desprecio!, has añadido.
–Insisto, te comprendo, pero no comparto tu última afirmación; esa vida mezquina es sagrada: ¡Cristo ha muerto para redimirla! Si El no la despreció, ¿cómo puedes atreverte tú? (Surco, 760)
Verdaderamente la vida, de por sí estrecha e insegura, a veces se vuelve difícil. –Pero eso contribuirá a hacerte más sobrenatural, a que veas la mano de Dios: y así serás más humano y comprensivo con los que te rodean. (Surco, 762)