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Mostrando entradas de agosto 22, 2011

“Examínate: despacio, con valentía”

Examen. -Labor diaria. -Contabilidad que no descuida nunca quien lleva un negocio. ¿Y hay negocio que valga más que el negocio de la vida eterna? (Camino, 235) Examínate: despacio, con valentía. -¿No es cierto que tu mal humor y tu tristeza inmotivados -inmotivados, aparentemente- proceden de tu falta de decisión para romper los lazos sutiles, pero "concretos", que te tendió -arteramente, con paliativos- tu concupiscencia? (Camino, 237) Acaba siempre tu examen con un acto de Amor -dolor de Amor-: por ti, por todos los pecados de los hombres... -Y considera el cuidado paternal de Dios, que te quitó los obstáculos para que no tropezases. (Camino, 246) Hay un enemigo de la vida interior, pequeño, tonto; pero muy eficaz, por desgracia: el poco empeño en el examen de conciencia. (Forja, 109) No esperes a la vejez para ser santo: ¡sería una gran equivocación! –Comienza ahora, seriamente, gozosamente, alegremente, a través de tus obligaciones